El TABU DE LA MUERTE

La muerte es un tabú que siempre ha estado arraigado en lo más profundo del alma. La razón viene dada precisamente por estar envuelto en un aura inseparable de misterio. Nadie conoce la muerte. Nadie, por supuesto, puede decir lo que es morir. La muerte es considerada como la entidad que quita y ya no devuelve, como la reina de lo desconocido. Lo que genera más ansiedad e incomodidad es el hecho de que una vez en contacto con ella, no hay vuelta atrás.

 El ser humano necesita no pensar en la muerte, pensar que vivirá indefinidamente. Una de las razones por las que se puede temer la muerte proviene únicamente del hecho de que la vida se haya percibido como mal gastada. El mejor antídoto, como decía Nietzsche, es “consumir la propia vida” y “vivir en el momento adecuado”. Una vida bien aprovechada permite percibir la muerte como meno aterradora. El miedo se desvanece cuando dejamos de percibirla como un enemigo a derrotar, aceptando su existencia y aceptando el abrazo del “eterno”(o Dios) que un día nos rodeará.