El Automasaje

En el automasaje usted es masajista y receptor a la vez. Experimentar las técnicas en tu piel significa familiarizarte con tu capacidad de sentir el cuerpo, tratándolo con presiones y maniobras de diferente intensidad. El automasaje tiene como objetivo restablecer una condición de equilibrio en el cuerpo. Hacerlo por la mañana es ideal, pero puedes sacar cualquier momento del día para hacerlo “sagrado” a través del contacto contigo mismo. El automasaje debe entenderse como una pequeña ceremonia. Es mejor aislarse durante unos minutos en un lugar tranquilo, respirar profundamente desde el estómago antes de comenzar. Te recordamos que es bueno quitarse todos los accesorios como relojes, cinturones, joyas y evitar las comidas pesadas antes o después de la “ceremonia”.

La sesión de automasaje suele comenzar desde los pies hasta llegar a la cabeza. Se inicia en posición sentada, masajeando el pie, luego el tobillo, la pantorrilla, la rodilla y el muslo. Acostado con las rodillas levantadas, se pasa a la zona pélvica. Girando hacia los lados, continúe con el coxis, caderas, glúteos, abdomen. Manteniendo siempre la posición extendida, continuamos masajeando el plexo solar y las clavículas, luego trabajando en los espacios intercostal, después de haber tratado las manos y los brazos pasamos al cuello, zona donde muchas tensiones se acumulan muchas veces. Entonces es aconsejable sentarse y masajear la zona de la espalda. La última parte de la sesión se centra en el rostro, la frente y el cuero cabelludo.

El automasaje es una forma de consagración, una forma de “abrir el corazón” a ti mismo, te permite crear un puente directo hacia tu “yo” interior. Acto de confianza, herramienta de contacto que desarrolla una positividad “reutilizable” en la relación con el otro. Obviamente en la fase activa del automasaje no es posible experimentar un abandono total, ya que las manos continúan masajeando. Sin embargo, es posible experimentar interesantes formas de relajación acompañadas de una actividad delicada y relajada.

Los aceites de masaje aconsejados son:

Aceite de almendras dulces, especialmente apreciado por sus propiedade nutritivas y emolientes;

Aceite de jojoba, apreciado no solo por sus propiedades emolientes y suavizantes, sino también por su actividad protectora.

Aceite de coco, es un aceite sólido a temperatura ambiente con propiedades hidratantes y emolientes;

El aceite de argán, muy apreciado por sus propiedades antioxidantes, reafirmante, hidratante y emoliente;

El aceite de macadamia, especialmente apreciado y utilizado sobre todo por sus propiedades emolientes y reconstituyentes, muy útil en caso de pieles secas y sensibles;

El aceite de borraja, apreciado por sus propiedades anti inflamatorias y por los posibles beneficios que parece ejercer sobre la piel afectada por dolencias como eccema y dermatitis;